La exclusividad universal

18/05/2012

La tecnología aditiva permite crear objetos únicos a bajo coste. Lionel T. Dean, uno de sus gurús, estuvo ayer en Gijón.

Hubo un tiempo en el que las máquinas llegaron para estandarizar, para acabar con la singularidad de la artesanía, reducir costes y que todo estuviera al alcance de todos; hoy otras máquinas, de tecnología más avanzada, permiten recuperar esa exclusividad del pasado. La tecnología aditiva es esa magia capaz de ordenar que se ejecute un diseño personalizado y único sin que los costes se conviertan en un auténtico lujo. Uno de los gurús de esta nueva forma de producción, Lionel T. Dean, estuvo ayer en Gijón para participar en un encuentro organizado por la Fundación Prodintec.

«Artesanía digital». Así llama Dean a esta forma de producir joyas, lámparas o muebles -eso hace su empresa Future Factories- con la tecnología digital como aliada. «Es una forma de artesanía, pero hay una diferencia importante, mientras el artesano se tenía que emplear en cada producto, aquí se trata de aprovechar el concepto de economía de costes, de la fabricación en masa. Se hace un esfuerzo inicial en un programa informático que permita producir de forma automática y al mismo tiempo se puedan introducir cambios en ese diseño para singularizr el producto, pero ya sin el diseñador», indica el experto. Es, pues, una universalización de la exclusividad gracias a máquinas capaces de reproducir esos diseños de diferentes maneras y en distintos materiales. Se puede tallar una joya en oro, pero también crear una silla o fabricar una lámpara.

Estos diseños, que permiten que el cliente decida el resultado final, son aún nuevos y, por lo tanto, no tan baratos como deberían. «Cinco años» es el plazo máximo que augura Lionel T. Dean para que esa democratización del diseño rebaje definitivamente sus precios. Tiene un hueco, dice Dean, en el inmenso planeta Ikea: «Una cosa de cinco euros la compras y la tiras, pero hay momentos en los que se busca algo diferente, un vínculo emocional». Ese tipo de objetos se guardan. Son únicos o casi únicos. Ese es su valor.

La tecnología aditiva mira a su futuro inmediato más allá de la estética, más allá del arte de un colgante o una pulsera. Esa capacidad de la máquina de personalizar también contribuye a la creación, por ejemplo, de prótesis a la medida exacta del paciente.

Fuente: http://www.elcomercio.es/v/20120518/sociedad/exclusividad-universal-20120518.html